martes, 16 de noviembre de 2010

Mario Vargas Llosa

Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, nació en el seno de una familia de clase media de ascendencia mestiza y criolla en la ciudad de Arequipa, en el sur del Perú, el 28 de marzo de 1936. Fue el único hijo de Ernesto Vargas Maldonado y de Dora Llosa Ureta, quienes se separaron meses antes de su nacimiento. Más conocido como Mario Vargas Llosa, es un escritor en lengua española, considerado uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos. Peruano de nacimiento, cuenta también con la nacionalidad española, que obtuvo en 1993.[] Su obra ha cosechado numerosos premios, entre los que destacan el Nobel de Literatura en 2010, «por su cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, su rebelión y su derrota»;  el Premio Cervantes (1994) y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986), entre otros. Vargas Llosa alcanzó la fama en la década de 1960 con novelas, tales como La ciudad y los perros (1962), La casa verde (1965) y Conversación en La Catedral (1969).
 Continúa escribiendo prolíficamente en una serie de géneros literarios, incluyendo la crítica literaria y el periodismo. Entre sus novelas se cuentan comedias, novelas policiacas, novelas históricas y políticas. Varias de ellas, como Pantaleón y las visitadoras (1973) y La Fiesta del Chivo (2000), han sido adaptadas y llevadas al cine. Muchas de las obras de Vargas Llosa están influidas por la percepción del escritor sobre la sociedad peruana y por sus propias experiencias como peruano; sin embargo, de forma creciente ha tratado temas de otras partes del mundo. Ha residido en Europa (entre España, Gran Bretaña, Suiza y Francia) la mayor parte del tiempo desde 1958, cuando inició su carrera literaria, de modo que en su obra se percibe también una incipiente influencia europea. Al igual que otros autores latinoamericanos, Vargas Llosa ha participado en política a lo largo de su carrera. Fue candidato a la presidencia del Perú en 1990 por la coalición política de centroderecha Frente Democrático (Fredemo).
Su primer libro publicado fue una colección de cuentos titulada Los Jefes (encabezada por el relato del mismo nombre), que obtuvo el premio Leopoldo Alas (1959).
Su primera novela, La ciudad y los perros, fue publicada en 1963. La obra se desarrolla en medio de una comunidad de cadetes en una escuela militar en Lima y la trama está basada en las propias experiencias del autor en el Colegio Militar Leoncio Prado de Lima. Esta prematura obra adquirió la atención general del público así como un éxito inmediato. Su vitalidad y hábil uso de técnicas literarias sofisticadas impresionó de inmediato a los críticos, y ganó así el Premio de la Crítica Española.
 En 1965, Vargas Llosa publicó su segunda novela, La casa verde, acerca de una casa-burdel del mismo nombre y sobre cómo su casi mítica presencia en Piura afecta las vidas de los personajes. La trama se centra en Bonifacia, una chica de origen aguaruna que es expulsada de un convento, y su transformación en «la selvática», la prostituta más conocida de «La casa verde». La novela confirmaba a Vargas Llosa como una importante figura de la narrativa latinoamericana.
La tercera novela de Vargas Llosa, Conversación en La Catedral, fue publicada en 1969, a la edad de 33 años. En 1971, Vargas Llosa publicó García Márquez: historia de un deicidio, que había sido su tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid. Dicha tesis fue posteriormente publicada como un libro.[36] Después de la publicación de la monumental obra Conversación en La Catedral, la producción de Vargas Llosa se distanció de los temas de mayor seriedad, como son la política y los problemas sociales. El especialista en literatura latinoamericana, Raymond L. Williams, describe esta fase de su carrera literaria como «el descubrimiento del humor»  Su primer intento de escribir una novela satírica fue Pantaleón y las visitadoras, obra publicada en 1973.
En 1977, Vargas Llosa publicó La tía Julia y el escribidor, basado en parte en el matrimonio con su primera esposa, Julia Urquidi, a quien dedicó la novela.  En 1981, publicó su cuarta novela más importante, La guerra del fin del mundo, la cual fue su primer intento de una novela histórica. Esta obra inició un cambio radical en el estilo de Vargas Llosa hacia temas como el mesianismo y la conducta irracional humana.  Esta novela tiene lugar en las profundidades del sertao brasileño del siglo XIX y se basa en hechos auténticos de la historia del Brasil.
También cuenta con algunas obras teatrales. El 7 de octubre de 2010 se le concedió el Premio Nobel de Literatura.
Algunas de sus obras:
Ficción
Ensayo
Los signos de puntuación indican pausas obligatorias, delimitan las frases y los párrafos y establecen la jerarquía sintáctica de las proposiciones, consiguiendo así estructurar el texto, ordenar las ideas y jerarquizarlas en principales y secundarias, y eliminar ambigüedades.
Requieren un empleo muy preciso; si se ponen en el lugar equivocado, las palabras y las frases dejan de decir lo que el autor quería decir; hacen que un texto sea de facil comprensión.
En el español podemos encontrar los siguientes signos de puntuacion: El punto, la coma, el punto y coma, los dos puntos y los puntos suspensivos, se escriben siempre sin espacio libre entre ellos y la palabra que les precede, y con un espacio libre entre ellos y la palabra que les sigue, a no ser que este sea de cierre.
Los signos dobles, como los de interrogación, admiración o exclamación, comillas, paréntesis, corchetes y rayas de apertura se escriben sin espacio libre entre ellos y la palabra que les sigue o les precede.

El punto

El punto (.) es el signo de puntuación que se coloca al final de los enunciados y las oraciones gramaticales en el español, además de en la mayoría de los lenguajes con el alfabeto latino. Se escriben sin dejar espacio de separación con el carácter que precede, pero dejando un espacio con el carácter que sigue a continuación, a no ser que dicho carácter sea de cierre. Existen tres clases de punto: el punto y seguido, el punto y aparte y el punto final.
  • Punto y seguido. Separa enunciados dentro de un párrafo. Quiere decir que se continúa escribiendo a continuación del punto; la primera letra escrita en este caso irá en mayúsculas. Por ejemplo: «Historia de España. El descubrimiento de América». Se denomina punto y seguido, nombre más lógico y recomendable que el también usual de punto seguido.
  • Punto y aparte. Separa dos párrafos de contenido diferente dentro del texto. A continuación hay que comenzar a escribir en línea distinta. Para seguir las normas se debe colocar sangría a la primera línea de texto del nuevo párrafo. Se denomina punto y aparte, aunque en algunas zonas de América se dice punto aparte.
  • Punto final. Siempre se coloca al final, cerrando un texto o enunciado. No es correcta la denominación punto y final, creada por analogía de las correctas punto y seguido y punto y aparte.
  • También se usa el punto para indicar que la palabra anterior es una abreviatura. En este caso se escribe la abreviatura seguida del punto y se continúa escribiendo de forma usual. Esta última clase de punto no se aplica en determinadas abreviaturas como puntos cardinales, acronimos o medidas, que se consideran simbolos.

La coma

La coma (,) es un signo de puntuación que señala una breve pausa dentro del enunciado. Se emplea para separar los miembros de una enumeracion , salvo los que vengan precedidos por alguna de las conjunciones y, e, o, u o ni. Por ejemplo:
Tengo  perros, gatos, conejos y ratones.
María volvió a casa, hizo los deberes, cenó y se fue a la cama.
Mi casa tiene muebles, mesas y cuatro camas.

Hay tendencias que admiten su uso para separar dos miembros independientes de una oración, haya o no conjunción entre ellos, siempre y cuando sean realmente independientes; pues, si no, estaríamos en el caso anterior:
Los soldados saludaban, la gente aplaudía y los niños no paraban de cantar.
También se utiliza para delimitar una aclaración o inciso:
Nacho, mi primo, acaba de conseguir su primer empleo.
Las locuciones conjuntivas o adverbiales, sea cual sea su posición, van precedidas y seguidas de coma, tales como: en efecto, es decir, en fin, por consiguiente, no obstante y otras de la misma clase.

Dos puntos


Este signo de puntuación (:) representa una pausa mayor que la de la coma y menor que la del punto. Detiene el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue, que siempre está en estrecha relación con el texto precedente.
Un uso importante y frecuente de este signo es introducir citas textuales (uso que a veces se le atribuye incorrectamente a la coma).

El punto y coma

El punto y coma (;) es un signo de puntuación; gramaticalmente, se utiliza para unir dos oraciones relacionadas en una sola frase (yuxtaposición):
María estaba apenada por el examen. + María tendrá que estudiar más. = María estaba apenada por el examen; tendrá que estudiar más.Está lloviendo mucho. + No podremos ir caminando. = Está lloviendo mucho; no podremos ir caminando.
Generalmente se puede sustituir por construcciones del tipo:
María estaba apenada por el examen y tendrá que estudiar más.No podremos ir caminando porque está lloviendo mucho.
También sirve para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones que incluyen comas:
Había que estar en contacto con la naturaleza; dejar entrar el cielo, el mar y el viento; dormir sobre tablones, sobre el suelo; sentarse en sillas medio rotas.
Además, se usa delante de las conjunciones o locuciones como pero, más, aunque, sin embargo, por tanto y por consiguiente cuando los períodos tienen cierta longitud:
Creemos en la creatividad y la ruptura de los opresores cánones antiguos como medio de vida; no obstante, somos conscientes de que es necesario mantener un mínimo de tradición en nuestros trabajos.

Las comillas

Las comillas (« », “ ”, ‘ ’) son signos de puntuación que se ponen al principio y al final de las frases o palabras escritas como citas o ejemplos o de aquellas que se quiere destacar, ya sea por importancia que le dé el autor o por su carácter irónico, vulgar o extranjero e impropio de la lengua que se está usando. A pesar de que está verdaderamente extendido el uso de las comillas inglesas (“ ”) es preferible emplear antes las angulares o españolas (« ») y reservar aquéllas, y finalmente las simples (‘ ’), para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado. Se utilizan, por ejemplo:
  1. Para citar textualmente algo: p. ej., «Me dijo que “supuestamente llegaría hoy”».
  2. Para señalar palabras usadas en un sentido distinto del normal, con el fin de indicar que se han seleccionado intencionalmente y no por error.
  3. Para indicar la intención irónica o sarcástica del empleo de una palabra.
  4. Para indicar algo sobre una palabra o expresión.
  5. Para presentar el significado de una palabra o expresión.
  6. Para destacar que una palabra o expresión es extranjera, se trata de un apodo o de un seudónimo.
En español se utilizan tres tipos de comillas:
  1. Comillas castellanas, latinas, españolas, angulares dobles o guillemot (« »).
  2. Comillas dobles o inglesas (“ ”).
  3. Comillas simples (‘ ’).
Asimismo, se distingue entre comillas de apertura («, “, ‘) y comillas de cierre (», ”, ’).
Cada uno de estos signos tiene su propio uso. Como norma general, como primera opción se utilizan las comillas angulares. Si dentro de lo ya entrecomillado apareciera una segunda cita, se utilizarían otras comillas, siendo preferibles las inglesas, para dejar como recurso final las simples. Lo más frecuente es entrecomillar, desde fuera hacia dentro, en el orden siguiente: «...“...‘...’...”...»
Las comillas simples se utilizan para marcar ejemplos en casos en que no resulta apropiado el uso de la cursiva. También se prefiere su uso para presentar el significado de una palabra:
«—El autor dijo: “Las comillas ('signos de puntuación utilizados para demarcar niveles distintos en una oración') se usan profusamente en mi obra”.»
Dice la norma que los signos de puntuación de una oración que contiene un texto entrecomillado deben colocarse después de las comillas de cierre (sirva de ejemplo el anterior), excepto cuando ese texto no pertenece a ninguna otra oración, es decir, cuando la frase u oración entrecomillada es individual.
En español no se deja espacio alguno entre las comillas y su contenido. Cada idioma tiene sus propias normas de aplicación de las comillas.

Los paréntesis

Los paréntesis (en singular paréntesis) son signos de puntuación. Se usan en pares para separar o intercalar un texto dentro de otro o para hacer una aclaración. Los distintos tipos son:
  • Los paréntesis propiamente dichos ( ).
  • Los corchetes [ ].
  • Las llaves { }.
Para distinguir ambos paréntesis se usa decir:
  • Paréntesis que abre o paréntesis izquierdo al símbolo (.
  • Paréntesis que cierra o paréntesis derecho al símbolo ).
Igual que las comillas, cuando se han de emplear varias veces en un mismo fragmento se utilizan de la siguiente manera: (...[...{...}...]...)

Signos de interrogación

El signo de interrogación es un signo de puntuación que denota una pregunta. Su origen se encuentra en el latin. La palabra «cuestión» viene del latín questio, o 'pregunta', abreviado como «Qo». Esta abreviación se transformó en el signo de interrogación.
En la mayoría de los idiomas se utiliza un único signo de interrogación al final de la frase interrogativa: How old are you? (inglés; en español «¿Cuántos años tienes?»). Este fue el uso habitual también en español, hasta mucho después de que la segunda edición de la Ortografía de la Real Academia, en 1754, declarase preceptivo iniciar las preguntas con el signo de apertura de interrogación invertido (¿), y terminarlas con el signo de interrogación ya existente (?) («¿Cuántos años tienes?») al tiempo que se ordenaba lo mismo para los signos de exclamación (¡) y (!). La adopción fue lenta, y se encuentran libros, incluso del siglo XIX, que no utilizan tales signos de apertura. Finalmente se generalizó, seguramente debido a que la sintaxis del español no ayuda en muchos casos a deducir en qué momento se inicia la frase interrogativa, como pasa en otros idiomas.
Una variante que no llegó a generalizarse fue la de utilizar la apertura sólo cuando el enunciado fuera largo, o con riesgo de ambigüedad, pero no para las frases breves y claramente interrogativas, como «Quién vive?». La influencia del inglés está haciendo retornar este viejo criterio. Incluso es común que en las salas de chat o conversaciones en línea en español se use solamente el signo (?) para preguntar, ya que ahorra tiempo  al momento de presionar las teclas. Esto podría no tener gran importancia debido a que se está utilizando en conversaciones informales.

Signos de exclamación

Debe escribirse siempre uno para abrir (¡) y otro para cerrar (!), independientemente de la longitud de la frase, oración o fragmento que encierren. Se utilizan para señalar el carácter exclamativo de una oración. Se escriben para empezar y finalizar una oración exclamativa, exhortativa o imperativa. También van entre signos de exclamación las interjecciones:
  • —¡Siéntate!
  • —¡Qué linda estás!
  • —¡Cuidado con el perro!

Puntos suspensivos

Los puntos suspensivos (...) son tres —y sólo tres— puntos sin espacios entre ellos, son un único signo de puntuación que se utiliza al final de una palabra, frase u oración en lugar del punto u otro signo. Se utilizan para dejar en duda o en suspense una acción y son alineados horizontalmente al nivel de la línea base de escritura.